sábado, 14 de septiembre de 2013

LA AGUJA MÁGICA







Pinki era un perro más bien soso, y vago, se pasaba el día tumbado y cuando lo llamaban apenas si alzaba la cabeza perezoso, con desinterés; su dueña, Marieta, era una costurera que se pasaba los días faenando entre hilos, telas y agujas. A su lado Pinki era un compañero silencioso y fiel. Entre tanto trajín, a nadie le ha de parecer raro que una aguja fuera a caer sobre el lomo del perro, que al notar el pinchazo, se rascó, introduciéndola dentro de su cuerpo; la aguja estaba enhebrada con hilo dorado pues nuestra costurera estaba cosiendo una capa para un mago. Pues bien, de pronto Pinki alzó sus orejas en actitud expectante y comenzó a elevarse y a flotar por la habitación, subía y bajaba, subía y bajaba, ladrando como nunca antes había hecho, con unos ladridos como ecos de risas, la costurera lo miraba con los ojos y la boca muy abiertos, sin saber qué hacer ni qué decir. Cuando el perro pasó a su lado, ella vio sobresalir el hilo dorado y lo cogió al vuelo. Inmediatamente fue elevada por los aires y salió junto con Pinki por la ventana, ambos desaparecieron entre las nubes que se alzaban por encima de las copas de los árboles del jardín.

Este cuento ha surgido de un ejercicio que me propusieron en el curso El gozo de escribir para utilizar binomios (yo elegí: perro/aguja), no tengo experiencia en cuentos infantiles, pero surgió este que espero no juzguéis muy severamente. Estoy aprendiendo. Besos.

martes, 3 de septiembre de 2013

LA VISITA



Le visito los lunes, miércoles y jueves. Me espera sentado al lado de la ventana, mirando las copas de los árboles del jardín. No muda la expresión de su rostro cuando llego. Me cuenta que está solo en la vida, que no tiene a nadie, después baja la mirada y ya no habla más. Sujeto su mano entre las mías, nuestros aros de casados se rozan durante un instante fugaz.


Este micro ha resultado seleccionado junto con una larga lista, para la antología que recientemente ha publicado Diversidad Literaria.